1.-Niñez
2.-Cavilar
3.-Lunes
4.-Ver llover
5.-Calle
Un poco fastidiado del entorno de mi departamento me puse unos pantalones frescos y salí de sin rumbo realmente, ande por la que fue mi casa en las colonias tranquilas de mi ciudad natal, en realidad no muy lejos en lo que se refiere a distancia, pero que a pie merecía al menos veinte minutos la ida. Comencé a notar cambios en el camino: la calle relativamente despejada, en desechos, gente, animales. Solo había un gato de un resplandeciente color gris, descuidado de andar y esponjoso al que mire poco, mientras daba vuelta a la esquina note de reojo oscuridad sobre el gato, posiblemente solo sería una sombra. En la cuadra de la casa crecieron algunas casas excepto la de enfrente que se convirtió en un templo, con sus letras en color dorado y laminadas de mal gusto, ponía algo de “pres...” no sé que, algún nombre pretencioso que valide la santidad de su misión, supongo.Llamo mi atención el color rosa melón de sus pareces y que la única ventana visible tenia barrotes por dentro y fuera. Era bastante raro solo ver un rectángulo de concreto de ese color parado como vendedor del departamento de carnes frías, la puerta blanca podía ser el gorro para el cabello.
Seguí caminando por la mitad de la callejuela al otro extremo sin nada de interés, solo al llegar a la esquina vi un grupo de gente en la siguiente a mi derecha, mayoritariamente mujeres rondando 30-40, niñas desde los 12 a la mayoría de edad, todas con faldas largas en estampados conservadores, ninguna con cabello largo preo todas de piel clara, no dorado tipo ario, mas como un saludable y tranquilizador blanco. Daban el giro a la manzana a la derecha igual que mi ruta, solo vi que cargaban algunas banderitas y otras cosas de papel y entre por la calle en que salieron. Avancé a la otra esquina y podía ver a la siguiente dos hombres refrescándose con sus bebidas, el de cabello más largo le dice en alto a un niño con corte de cazuela "déjala salir pero síguela para que no se escape" y de una casa amarilla que yo recordaba con una barda más alta y anaranjada (que quedaba más cerca mío que del señor) vi un portón de lamina blanca y una tortuga de más de metro y medio de alto caminando tan apacible y de cabeza amarillenta en un tramo de calle cubierto de hiervas frente al portón ¿Como no la vi antes? ¡Era enorme! y a nadie le preocupaba, así que me repuse del sobre salto y mire al animal a los ojos desde mi segura posición al otro lado de la calle... y también lo hizo, por un instante me pareció consciente. Y me pregunte qué razones tenía el niño para estar en cuclillas viendo el suelo teniendo semejante animal de frente. Solo volví a mirarlo desde la esquina siguiente deteniéndome poco, tener algo asi de espaldas siempre me preocupa y camine rápido las siguientes metros.
El sol daba menos luz cuando llegaba al edificio de departamentos, todo a lo que no le caía luz artificial se veía gris azulado, solo algunos puntos de color se notaban como el amarillo de pocas lámparas y el rojo en la antena sobre el edificio, como un pastel de cemento con cereza electrificada. Dentro era inusual tanta oscuridad para la hora, aun sabiendo que la iluminación de los pasillos falla mucho. Aun así quisiera que el arquitecto me contara sus secretos, subo al quito piso caminando y no es pesado hacerlo, como si subiera solo al tercero.