1.-Niñez
2.-Cavilar
3.-Lunes
4.-Ver llover
5.-Calle
6.-Visita
Entro al departamento y lo que se me ocurre es reajustarme el cinturón y mirar por la ventana junto a la que está mi mesa para comer, desde ahí puedo ver el final del corredor del piso cuarto, miro la luz amarillenta rodear los bordes de la puerta del último departamento, esa puerta que le pone fin al corredor y a mis angustias... a la mayoría. Si no me hubiera topado con ella en el pasillo pensaría que sigue ahí; subiendo el último tramo de escaleras su esbelta figura caminaba al inicio de estas, su pantalón gris oscuro y blusa pálida le hacían parecer el fantasma de una hermosura difunta. La relajada trenza de su nuca me dio la impresión de juego.
Al abrir la puerta pase primero al corredor e intente besarla en los labios, pero sentí su resistencia inmediatamente. Es más, la esperaba y se lo di tierno en la mejilla tomándola un poco por la cintura. Un poco encorvada y silenciosa deja el corredor, ahora dentro sigue intranquila pero bastante mas quieta. Noto un poco de pesar en ella, pero aun así la siento cercana. Toma el paso por mi desordenado departamento, era difícil ignorar su actitud así como su delicada forma de moverse hasta el taburete a donde la seguí con precaución, parecía que en cualquier momento podría voltear y chocaríamos. En ese momento fue que me acerque a la ventana para mirar aquella puerta rodeada de luz y fue cuando sentí su reacción, algo parecido al temor: cuando me ajustaba el cinturón ella estaba callada pero su cuerpo entero mostraba una rotunda negación. Ella dijo un "no" seguido de mi nombre... a su tono decidido solo pude responder con un desganado exhalar y voltear los ojos al techo. No me molesto que no me dejara besarle esta vez, si no el que después de lo vivido nunca me dejara besarla, parecía una especie de broma macabra.
Me moví lo más cauteloso posible hacia ella rodeando la cama tras el taburete e inclinándome la abrase con mi brazo izquierdo, delicado como esperando a que se acostumbrara a mi presencia. Cuando alcé el derecho para estrecharla bajó la cara un poco y paso de estar girada hacia mí a ver al frente. Yo era un cachorro que veía triste a su amo y no sabía de nada, así que la estreche mas y note un sollozo casi inexistente seguido de un "no por favor" muy bajo mientras le besaba la punta derecha de esa trenza en v. Besé su frente, besé su ojo cerrado escurriendo una lágrima, besé su mejilla, besé la piel tras de su oreja, besé su cuello y me quede clavado en el, meciendo un poco para arrullarla, consolarla.
La noche llegaba después de un rato de inmovilidad. Cuando ella por fin se movió fue para acariciarme con su mano derecha y reclinarse sobre mí, subió una de sus piernas a las mías. La conveniente posición de mi cama y el impulso por complacerla con algo hicieron fácil que con una mano me recostara empujando del pecho y todo lo demás paso al mismo tiempo: en un movimiento sin brusquedad se coloco sobre mis piernas, se contoneo un poco y como un gato se acurruco en mi costado estrechándome fuerte; Solo entonces me entere de que su blusa era rosa bastante intenso y que se soltó la trenza; bese su frente y me respondió en el cuello, fue todo un dialogo… y nunca me dejo besar sus labios. Y si, confundido es poco. Pero de esa silenciosa plática pudimos concluir que el cariño de mi parte era correspondido, ya quedando claro comenzó a decirme los planes, mi única impresión es que se tenía que hacer, que debía ir con ella y que si, se tenía que hacer.